Enero es el lunes de los meses y este enero de cinco lunes estuvo complicado. Tuvo de todo un poco: falta de presupuesto, viajes, despedidas familiares, entre otras eventualidades. Sin embargo, también fue un mes de descubrir obras que no conocía y reencontrarme con otras que sí.
Películas
Empiezo con una película que me conmovió al punto de no poder levantarme del asiento hasta rato después de haberla terminado: “Aftersun”. Confieso que no sabía nada de ella hasta que empezaron a nombrarla en Twitter. En sí misma, la película es un álbum de fotografías y postales de recuerdos muy íntimos entre la relación de un padre y su hija.
Para mí, uno de los aciertos es que vemos la historia de esta relación desde dos puntos de vista distintos, pero de la misma persona. Por un lado vemos cómo lo vivió la niña y por el otro cómo revisita el recuerdo de adulta.
Paul Mescal se sale en el papel del padre atormentado y deprimido, pero que lo da todo por la felicidad de su hija incluso cuando no puede más y a veces fracasa en el intento. Cuando somos adultos es que nos damos cuenta que nuestros padres también tienen sus propios demonios y que en ocasiones no lo queremos ver.
La escena final del baile con Under Pressure de fondo y la escena en que le cuenta a la niña que nadie fue a su fiesta de cumpleaños a los 11 fuera del plano y reflejado en una tele todavía me atormentan.
Otra película que vimos fue “The Banshees of Inisherin”. De esta peli no sabía nada hasta que la vi y qué sorpresa. Por la ubicación y el tiempo en que transcurre me esperaba una historia de contemplación, soledad y miseria y lo es solo que en clave de comedia negra.
Pero además, toca ese tema álgido del fin de las amistades y la devastación que puede provocar el rechazo. Todo esto acompañado de actuaciones increíbles y unos giros de trama que no ves venir.
Series
En tema series me atrevo a decir que fue el mes de FX porque las dos que más me gustaron son de esa cadena. La primera es "Fleishmann is in trouble” con un trío de protagonistas de lujo (Jesse Eisenberg, Claire Danes y Lizzy Caplan) que nos lleva por un recorrido de primera mano por uno de los procesos más complicados en las relaciones como es el divorcio.
Casualmente llegamos a esta serie cuando cumplía 10 años de haberme separado de mi ex esposa y me sirvió para revisitar algunos temas a pesar de las distancias que existen entre estos personajes de la alta sociedad neoyorquina y nosotros.
Lo que distingue a esta serie de otras similares es la clave de misterio en la historia y sus narradores poco fiables. La historia nos llega de la mano de un personaje que a su vez lo escucha de un segundo personaje, lo que da mucho juego a la hora de interpretar y reinterpretar por todo lo que pasan.
Luego tenemos a “The Bear” que transcurre en un restaurante y donde se nos muestra las secuelas de un hecho traumático como el suicidio de un ser querido. El protagonista es un chef reconocido venido a menos en un cuchitril en Chicago y lo vemos lidiar como puede con el viento en contra.
Este tipo de historias donde vemos a personajes enfrentarse al tema de quiénes son y replantearse la vida son de mis favoritos. En especial si no siempre todo les sale bien. Además, hacen unos platos que se ven deliciosos.
Libros
En libros leí dos novelas de dos culturas totalmente distintas, pero con un tema universal como son las relaciones entre madres e hijas. La primera fue “Concerning my daughter” de Kim Hye-Jin, una autora coreana.
La novela está contada desde un punto de vista que rara vez nos encontramos como es el de la madre conservadora de una hija lesbiana. El personaje es a ratos antipático e incluso desagradable, sin que sea a la autora le preocupe tanto su redención o peor, dar una lección de tolerancia.
Todo eso se va dando de forma orgánica a medida que la madre llega a conocer a la pareja de su hija. Y la autora hace un gran trabajo a la hora de mostrar el conflicto interno entre lo que ella cree que debería ser su hija y lo que realmente es.
La segunda novela también transcurre en el Pacífico, pero del lado colombiana. Se trata de “Los Abismos” de Pilar Quintana. En esta ocasión la narradora es la hija de ocho años de una madre depresiva.
La historia nos narra varios episodios de esa vida a los 8 años llena de preocupaciones, a veces banales, a veces trascendentales. La autora no pierde la voz de la inocencia de la niña en ningún momento y nos deja ver cómo a esa edad percibimos muchas cosas que luego no sabemos procesar. Todo esto con el sabor caleño que uno esperaría.
Hago también una notica rápida del libro “Apaciguamiento: El referéndum revocatorio y la consolidación de la revolución bolivariana” de Miguel Ángel Martínez Meucci, un libro que narra los sucesos que llevaron a consolidar la revolución chavista durante los años 2001-2005 y que 20 años más tarde nos permite entender mejor cómo llegamos a este punto.
Videojuegos
Quiero dedicar unas líneas al juego que es una carta de amor a Dragon Ball Z y que me acompañó durante enero: “Dragon Ball Z: Kakarot”. Sin duda, el juego que siempre quise de esta franquicia y que revisita todas las sagas de la serie, así como nos reencuentra con personajes y subtramas secundarias.
Aunque a veces puede ser repetitivo, sobre todo en el combate. Los gráficos, la historia y la posibilidad de simplemente salir a volar por el mundo casi abierto que tiene. El juego es un RPG de acción y tiene detalles chéveres como la posibilidad de reunir las esferas del dragón para pedir un deseo.
Recetas
Volví a cocinar luego de dos meses en la vagancia culinaria y fue gracias a “The Bear” con su braciole, encontré esta receta que hice al pie de la letra y aunque me llevó un buen tiempo en la cocina, valió demasiado la pena. Un consejo, intenten encontrar un corte de carne como el que sale ahí aunque también sirven las milanesas.
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Luis H.